Barcelona golea al Atletico de Madrid
El Barcelona encontró en el Calderón el mejor alivio posible a sus males, ante un Atlético que acabó ridiculizado, que le entregó el triunfo antes del descanso y rehabilitó a las estrellas barcelonistas, a las que ofreció la oportunidad de abandonar Madrid con una histórica goleada en su cuenta (0-6) y el ánimo reforzado.
Bajo la lluvia, con el agua al cuello tras conocer los triunfos de Real Madrid, Sevilla y Valencia, el Barcelona halló se encontró con un salvavidas inesperado en el Vicente Calderón, donde siete desafortunados minutos del rival le sirvieron el triunfo en bandeja.
El conjunto de Frank Rijkaard entró al campo bajo presión y lo abandonó, tras el primer tiempo, convencido de haber recuperado la alegría. Tardó media hora en sacudirse el estado de choque en el que le había dejado otro triunfo madridista con el partido casi acabado, pero cuando lo hizo se supo superior a su rival.
El Atlético tuvo que cambiar, sobre la marcha, un plan que parecía bien concebido.
Puesto bajo sospecha durante toda la semana, porque un triunfo suyo podría entregar la Liga al Madrid, no hubo dudas de salida ni en el campo ni en la grada, donde el Barcelona fue recibido con silbidos, porque la victoria era necesaria para anclarse a Europa.
Para ello, el mexicano Javier Aguirre situó a Fernando Torres como único punta, con Jurado por detrás para dar el último pase y ajustó la presión sobre el centro del campo azulgrana.
Dio la salida del balón a Liliam Thuram, consciente de que el defensa francés llega al final de la campaña casi como un prejubilado, y confió en la capacidad de Torres para intimidar al rival que mejor se le da.
Bajo la lluvia, con el agua al cuello tras conocer los triunfos de Real Madrid, Sevilla y Valencia, el Barcelona halló se encontró con un salvavidas inesperado en el Vicente Calderón, donde siete desafortunados minutos del rival le sirvieron el triunfo en bandeja.
El conjunto de Frank Rijkaard entró al campo bajo presión y lo abandonó, tras el primer tiempo, convencido de haber recuperado la alegría. Tardó media hora en sacudirse el estado de choque en el que le había dejado otro triunfo madridista con el partido casi acabado, pero cuando lo hizo se supo superior a su rival.
El Atlético tuvo que cambiar, sobre la marcha, un plan que parecía bien concebido.
Puesto bajo sospecha durante toda la semana, porque un triunfo suyo podría entregar la Liga al Madrid, no hubo dudas de salida ni en el campo ni en la grada, donde el Barcelona fue recibido con silbidos, porque la victoria era necesaria para anclarse a Europa.
Para ello, el mexicano Javier Aguirre situó a Fernando Torres como único punta, con Jurado por detrás para dar el último pase y ajustó la presión sobre el centro del campo azulgrana.
Dio la salida del balón a Liliam Thuram, consciente de que el defensa francés llega al final de la campaña casi como un prejubilado, y confió en la capacidad de Torres para intimidar al rival que mejor se le da.
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