El Barcelona se llevó la Copa Catalunya tras vencer en penales al Espanyol
El Barcelona acabó conquistando la Copa Cataluya al imponerse al Espanyol en la tanda de penaltis, después de que el tiempo reglamentario acabara con empate a uno, en un partido que fue el preludio del que se verá el próximo sábado en el Camp Nou.
Salió con ímpetu el Espanyol, que en los primeros minutos forzó varios saques de esquina. No obstante, el primero en marcar fue el Barça, que se adelantó en el marcador gracias a una buena combinación entre Belletti y Ezquerro, que el riojano culminó con un remate seco y duro.
El tanto azulgrana animó el encuentro porque ambos equipos descuidaron sus tareas defensivas. Jarque a punto estuvo de marcar después de una falta botada por Moha, aunque la ocasión más clara llegó gracias a una internada del defensa Toni Lao que Coro, sin oposición, envió al larguero.
El Espanyol continuó achuchando a los azulgranas, incapaces de imprimir el ritmo adecuado al choque, y Jorquera tuvo que multiplicarse para evitar el tanto del empate. Sin embargo, un error defensivo de Toni Lao desencadenó en una gran oportunidad para Giovani quien, completamente solo, envió su remate al palo.
El partido era dinámico, vivo y entretenido, a pesar de que ambos entrenadores optaron por presentar dos equipos titulares con presencia mayoritaria de jugadores del filial. Fruto de esta alternancia llegó la igualada de Marc Pedraza al aprovechar un buen centro de Fede desde la izquierda.
El empate apaciguó los ánimos ofensivos de ambas escuadras y el encuentro entró en una fase más especulativa y calmada. El Barcelona intentó jugar más pausado mientras que el Espanyol siguió con su apuesta más directa y vertical, si bien las ocasiones de peligro escasearon hasta el final del primer tiempo.
El partido tras la reanudación perdió toda la magia de la primera parte y el Barça agradeció la bajada de tensión para jugar al ritmo más conveniente para sus intereses. Sin demasiado esfuerzo y casi sin quererlo, los azulgranas se erigieron en los dominadores del encuentro.
Los primeros avisos llegaron con dos remates desde fuera del área de un activo Giovani y de Motta al que respondió David de Pablos con un tiro muy desviado. Estas ocasiones animaron de nuevo el encuentro que fue bastante entretenido en los compases finales en el que el árbitro anuló un tanto a Pedraza por presunto fuera de juego.
Siguió el intercambio. Primero fue Moha quien falló de manera incomprensible un excelente centro de De Pablos. La réplica del Barça llegó con un testarazo de Motta al que Iraizoz respondió con una excepcional parada. Pedraza, Ángel y Fede tuvieron la posibilidad de adelantar a los suyos, pero la final se decidió desde el punto de penalti.
Desde los once metros, el Barça estuvo mucho más acertado que el conjunto blanquiazul y se acabó llevando el título, el segundo de la temporada. El sábado, nueva reválida con la Liga en juego para los azulgranas.
Salió con ímpetu el Espanyol, que en los primeros minutos forzó varios saques de esquina. No obstante, el primero en marcar fue el Barça, que se adelantó en el marcador gracias a una buena combinación entre Belletti y Ezquerro, que el riojano culminó con un remate seco y duro.
El tanto azulgrana animó el encuentro porque ambos equipos descuidaron sus tareas defensivas. Jarque a punto estuvo de marcar después de una falta botada por Moha, aunque la ocasión más clara llegó gracias a una internada del defensa Toni Lao que Coro, sin oposición, envió al larguero.
El Espanyol continuó achuchando a los azulgranas, incapaces de imprimir el ritmo adecuado al choque, y Jorquera tuvo que multiplicarse para evitar el tanto del empate. Sin embargo, un error defensivo de Toni Lao desencadenó en una gran oportunidad para Giovani quien, completamente solo, envió su remate al palo.
El partido era dinámico, vivo y entretenido, a pesar de que ambos entrenadores optaron por presentar dos equipos titulares con presencia mayoritaria de jugadores del filial. Fruto de esta alternancia llegó la igualada de Marc Pedraza al aprovechar un buen centro de Fede desde la izquierda.
El empate apaciguó los ánimos ofensivos de ambas escuadras y el encuentro entró en una fase más especulativa y calmada. El Barcelona intentó jugar más pausado mientras que el Espanyol siguió con su apuesta más directa y vertical, si bien las ocasiones de peligro escasearon hasta el final del primer tiempo.
El partido tras la reanudación perdió toda la magia de la primera parte y el Barça agradeció la bajada de tensión para jugar al ritmo más conveniente para sus intereses. Sin demasiado esfuerzo y casi sin quererlo, los azulgranas se erigieron en los dominadores del encuentro.
Los primeros avisos llegaron con dos remates desde fuera del área de un activo Giovani y de Motta al que respondió David de Pablos con un tiro muy desviado. Estas ocasiones animaron de nuevo el encuentro que fue bastante entretenido en los compases finales en el que el árbitro anuló un tanto a Pedraza por presunto fuera de juego.
Siguió el intercambio. Primero fue Moha quien falló de manera incomprensible un excelente centro de De Pablos. La réplica del Barça llegó con un testarazo de Motta al que Iraizoz respondió con una excepcional parada. Pedraza, Ángel y Fede tuvieron la posibilidad de adelantar a los suyos, pero la final se decidió desde el punto de penalti.
Desde los once metros, el Barça estuvo mucho más acertado que el conjunto blanquiazul y se acabó llevando el título, el segundo de la temporada. El sábado, nueva reválida con la Liga en juego para los azulgranas.
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